Las obras de ampliación de la red eléctrica del puerto se encaminan a su etapa final en lo que respecta a la obra civil, que está a cargo de la empresa Espina, que retomó en la segunda quincena de enero los trabajos que habían sido interrumpidos por la crecida y que retrasaron el cronograma inicial.
Las perspectivas eran terminar la obra civil en abril, para posteriormente abordarse la instalación de la parte eléctrica, que es subterránea, con las correspondientes cámaras ya instaladas, para luego colocar las columnas, los transformadores, las redes de distribución, los varales, terminales para la alimentación de contenedores y el alumbrado de las instalaciones. La obra contempla el incremento de potencia, además de la ampliación de la red eléctrica, que incluye la incorporación de una subestación, al extender la red de conectores de potencia a varios sectores del puerto, mejorando sustancialmente el alumbrado en todas las instalaciones portuarias. La empresa Espina lleva a cabo los trabajos según lo dispuesto en el contrato firmado con la Administración Nacional de Puertos, cuyas modificaciones habilitarán potencia para alimentar a unos 70 reefers (contenedores refrigerados) de acuerdo con las exigencias de la mercadería que sale de la terminal sanducera. Con esta ampliación, también se podrá alimentar maquinaria como cintas transportadoras, entre otras posibilidades.
En las últimas semanas se ha encarado la etapa que comprende la apertura y entubamientos para las canalizaciones eléctricas, y dos edificios previstos para albergar equipamiento correspondiente a la red, uno de los cuales es el ámbito físico para las conexiones y el restante para albergar la subestación que alimenta las derivaciones previstas en el proyecto. Antes de la crecida se estimaba la finalización entre marzo y abril, mientras que para junio se esperaba tener toda la obra finalizada, pero el período en que no se trabajó por la crecida afectó el cronograma inicial. Debe tenerse presente que el aumento de la potencia y cableado correspondiente permitirá alimentar la restaurada grúa belga de unas cinco toneladas de capacidad en el muelle de ultramar, entre otras mejoras. – (El Telégrafo)
