El conflicto de la pesca paraliza barcos de gran porte y genera pérdidas millonarias

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Montevideo, julio de 2025 – La industria pesquera uruguaya atraviesa uno de sus momentos más críticos: tras más de un mes de conflicto entre cámaras empresariales y el Sindicato Único Nacional de Trabajadores del Mar y Afines (Suntma), la actividad está prácticamente detenida, afectando especialmente a los barcos de mayor porte y capital extranjero.

La situación provocó que cuatro barcos de altura —Kalatxori, Playa Malvín, Río Solís II y IV— regresaran anticipadamente a puerto, un hecho calificado como “histórico” e “inédito” por el presidente de la Cámara de Industrias Pesqueras del Uruguay (CIPU), Juan Riva-Zucchelli. “Es la primera vez que barcos que trabajan durante 30 días deben volver a la semana porque se niega el trabajo a bordo”, afirmó.

El conflicto, que comenzó por un reclamo de más tripulantes en barcos costeros, se extendió a los barcos congeladores que pescan merluza y calamar, procesan la mercadería en altamar y exportan a mercados como Rusia y China. Además, se perdió un contrato de exportación de 3.000 toneladas, valuado en US$ 5 millones, que terminó concretándose en Argentina.

Actualmente, de los 53 buques que integran la flota industrial uruguaya —13 de altura, 33 costeros y 7 para otras especies— casi toda la operativa se encuentra paralizada, generando preocupación en empresas locales y extranjeras. Varios armadores internacionales iniciaron gestiones diplomáticas a través de sus embajadas para resolver la situación y evitar mayores pérdidas.

El sector pesquero es uno de los principales rubros de exportación del país, con destino a África, Rusia, China y otros mercados exigentes, por lo que se considera clave alcanzar una solución que permita retomar la actividad normal y asegurar la estabilidad laboral y comercial.

Visión Marítima

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