Narbona: de Carmelo al Mercosur, una marca uruguaya que conquista con sabor y visión

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Lo que comenzó como una bodega centenaria en Carmelo, hoy es una marca uruguaya con presencia en varios países de América. Narbona, conocida por su dulce de leche artesanal y su identidad ligada al campo y la calidad, está escribiendo un nuevo capítulo: su expansión a Argentina y Brasil con nuevos productos, alianzas y espacios gastronómicos.

Este año, la empresa familiar dio un gran paso al ingresar al competitivo mercado argentino. Desde junio, el dulce de leche Narbona —elaborado con leche fresca del tambo propio— se encuentra en las góndolas de la cadena Jumbo. Para María José Banchero, propietaria de la firma, este acuerdo representa más que una operación comercial: “Es un reconocimiento al trabajo artesanal que nos define”. La empresa eligió anunciarlo a través de LinkedIn, reflejando una comunicación directa y moderna.

Pero la ambición va más allá. En agosto, Narbona inaugurará una nueva planta de producción en Florianópolis, Brasil, fruto de una alianza estratégica con el Grupo Almeida. El objetivo es claro: diversificar la producción de lácteos y abastecer con mayor eficiencia a nuevos mercados del norte del continente. Además, en marzo de 2026 abrirá un restaurante con sello propio en Itaim Bibi, uno de los barrios más exclusivos de São Paulo. Este espacio combinará almacén, bar y restaurante con elaboración a la vista de yogures, helados, pastas, panadería y carnes, en colaboración con la empresa Zarvos.

En paralelo, Narbona mantiene conversaciones con el grupo Zaffari para instalar otro local en Porto Alegre, en el centro comercial Bourbon Shopping Carlos Gomes, que incluirá producción artesanal y una cava de quesos.

Una historia que inspira a emprendedores

La historia de Narbona es más que un caso de éxito empresarial. Es una lección para quienes emprenden desde Uruguay y sueñan con crecer sin perder la esencia. La clave de su modelo está en mantener el espíritu artesanal mientras se expande regionalmente, con una fuerte apuesta por la calidad, el diseño de experiencias y el control de cada etapa de producción.

No se trata de vender más, sino de construir una marca con propósito. Narbona crece poco a poco, sin franquicias, cuidando su identidad y apostando por una propuesta que mezcla tradición, autenticidad y proyección internacional.

Para quienes emprenden desde lo local, la historia de Narbona demuestra que es posible conquistar nuevos mercados si se combina pasión, estrategia y un producto con valor real. En tiempos donde lo auténtico se valora más que nunca, esta marca uruguaya abre camino en el Mercosur sin renunciar a sus raíces.

Visión Marítima

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