* (Por Yamandú Esteban Flangini)
Si se sigue hacia el Oeste, (hacia Palmira) se llegará hasta la desembocadura del Río Uruguay, en unos 135 Kl, habiendo recorrido el ahora llamado Canal de Martin García. Si se va al Este, se llegará hasta el pasaje entre Isla de Flores y Banco Inglés Pero no todos los 135- 37 = 98 Kl hay que dragar a 32 pies, solo en tramos, algunos con más y otros con menos tarea. Incluye fondos de limo, arena y duros. ¿De qué sirve tener mayor profundidad en el canal?. Permite que naveguen buques mayores, o con más aprovechamiento de su capacidad de carga en bodegas. Ese plus en la carga da más ganancia económica para el transportista y operadores. Si el Estado carga con el costo del dragado de profundización, los beneficios, pues, van a los operadores y anexos. Además debe cargarse al Estado el costo de reparación o reposición de carreteras que se destrozan por carga pesada que debe llegar al puerto desde el lugar de producción. Sabiendo que N. Palmira no está unida por FFCC, o sea que el sistema multimodal universal, acá no corre, el destrozo es en carreteras. Los transportistas y operadores, no tienen a su cargo las obras ni de hacer, ni de reparar, ni de mantener. Sería deseable que, desde fuente capaz e informada, se publique una ecuación económica del sistema con todos los componentes afectados: el dragado, los accesos terrestres con mantenimiento, gastos de logística general, para poder deducir si está bien adoptada la política de transporte aplicada con estos ingredientes.-Así sin mayor análisis parece que se benefician privados de inversiones que hace el Estado, lo que no entusiasma. Preocupa además, el dragado del Río Uruguay, con una respuesta de paralización del puerto de Fray Bentos. Mucho dragado, poca actividad, poco trabajo. Algo no suena bien. Tampoco lo del estacionario en Punta Arenal, compitiendo privadamente a puertos del Estado, anteponiéndose a terminales, sin respuesta a los proyectos. O lo privado participa en los dragados, la red de carreteras e incluso en el FFCC, o todo está muy entreverado. Sí es claro, el principio que sostiene que debe adecuarse el barco al río y no pretender adecuar el río al barco. Y que quien usa y rompe, debe reponer, porque el Estado son todos sus habitantes y en este sistema, se benefician unos con el esfuerzo económico de otros. Las vestiduras rasgadas por el dragado, pueden ocultar otros intereses. – (YEF)
* (Promotor, redactor y negociador del Tratado del Río de la Plata, del Estatuto del Río Uruguay, Delegado ante NNUU en Convención del Mar, Experto en temas marítimos y, de soberanía y límites.)