Pero el atropello de Lammens va más allá al decidir por su cuenta y solo acordar los viajes fluviales y beneficiar a una empresa de barcos, Buquebus, del argentino Juan Carlos López Mena: “En el caso de Uruguay, ya estamos muy avanzados con los protocolos, con la ciudad de Buenos Aires también, con las empresas que traen a los turistas uruguayos, para que se puedan hacer un test de PCR a bordo del barco y, ya con la negatividad de ese PCR, puedan entrar al país”, dijo el ministro kirchnerista, pero no explicó ni cuantificó la cantidad de turistas extranjeros que podrían regresar a sus países contagiados en Argentina. En esta forma Argentina se mete en las decisiones de otros países, porque Uruguay ha cerrado básicamente sus fronteras a extranjeros para el verano y esta medida inconsulta del gobierno kirchnerista que debió ser consensuada con los países limítrofes, pone claramente en evidencia que al Estado argentino poco y nada le interesa el tema sanitario propio y de la región. Y Lammens señala en una discutible percepción: “De los (países) limítrofes (podrán ingresar) de todos porque en Uruguay tienen una situación sanitaria mejor a la nuestra y el resto de los países están en una situación similar, así que no vemos motivo para impedir [la entrada] de algún lugar en particular”. En medio de esta polémica decisión, Argentina anuncia que los turistas no deberán cumplir cuarentena para ingresar al país y con esto le pasa el problema a los países vecinos y que trastoca la situación en la región de quienes luchan con seriedad para contener el avance de la pandemia. Cosa que el gobierno argentino parece no hacer. Mientras tanto la ONU recuerda el informe de la Universidad Johns Hopkins donde expresa que el número de países con más de un millón de casos confirmados de coronavirus ha aumentado a siete, con Francia, Argentina y España como las últimas naciones en alcanzar la marca. https://www.icndiario.com/