Montevideo  – 23 de diciembre de 2025

Un testimonio difundido hace cinco días por la BBC volvió a poner en primer plano un capítulo poco conocido —y hasta ahora prácticamente ausente del debate público regional— vinculado a las operaciones de inteligencia desarrolladas durante la Guerra de Malvinas de 1982.

La protagonista es Ruth Morton, ciudadana nacida en Uruguay, de ascendencia británica, que actualmente vive en Montevideo, tiene 97 años y se encuentra con vida, y que por primera vez decidió relatar públicamente su presunta participación en tareas de espionaje al servicio del Reino Unido durante el conflicto del Atlántico Sur.

El testimonio fue emitido en el programa radial Outlook, de la BBC, en una entrevista difundida a mediados de diciembre de 2025, y posteriormente recogido por el diario argentino La Nación, que reconstruyó en español los principales pasajes del relato. Se trata de la primera vez que Morton formula estas afirmaciones en un medio de alcance internacional, más de cuatro décadas después del final del conflicto.

Según su propio testimonio, Ruth Morton nació en Montevideo en 1928 en el seno de una familia estrechamente ligada a la comunidad británica en Uruguay. Su padre, empleado de los ferrocarriles —entonces bajo control de capitales británicos—, habría participado en tareas de inteligencia durante la Segunda Guerra Mundial, en un contexto en el que Uruguay mantenía su neutralidad formal, pero ocupaba un lugar estratégico como proveedor de bienes y plataforma logística del Reino Unido.

Morton sostiene que tanto su padre como sus hermanas mayores, Babs y Minna, participaron en labores de interceptación, traducción y transcripción de comunicaciones. Incluso atribuye a su familia un papel indirecto en los acontecimientos que derivaron en el hundimiento del acorazado alemán Admiral Graf Spee frente a Montevideo en diciembre de 1939, un episodio histórico que continúa siendo objeto de análisis y debate por parte de especialistas.

Cuarenta y tres años después de aquel episodio, con el estallido de la Guerra de Malvinas en 1982, el apellido Morton habría vuelto a ser considerado por los servicios de inteligencia británicos. De acuerdo con el relato difundido, Minna Morton, quien por entonces se desempeñaba como contadora en la embajada del Reino Unido en Montevideo, fue convocada por Londres y, a su vez, reclutó a Ruth, que tenía entonces 53 años.

Ambas habrían sido enviadas a la Argentina. La misión asignada a Ruth Morton habría consistido en observar los movimientos de la base de submarinos de la Armada Argentina en Mar del Plata, una instalación clave dentro del dispositivo naval argentino durante el conflicto.

Según su testimonio, Morton alquiló un apartamento alejado de la costa y se trasladaba diariamente en transporte público hasta zonas próximas a la base naval. Finalmente, habría identificado un edificio abandonado ubicado en un terreno sobreelevado, desde el cual podía observar parte de la actividad del puerto y de la base de submarinos.

La entrevistada afirma que permanecía durante horas oculta entre las estructuras del inmueble, vigilando los movimientos de las unidades navales, y que transmitía la información mediante una cadena de llamadas realizadas desde teléfonos públicos, utilizando contactos intermedios y números variables con el objetivo de evitar su identificación.

Morton relató haber observado en una oportunidad la salida simultánea de tres submarinos desde la base de Mar del Plata. La información histórica disponible indica que, durante la Guerra de Malvinas, solo dos submarinos argentinos participaron efectivamente en operaciones de combate: el ARA San Luis y el ARA Santa Fe.

Un tercer submarino, el ARA Santiago del Estero, había sido desactivado en 1981 y no intervino en acciones bélicas. No obstante, registros navales señalan que el 22 de abril de 1982 esta unidad fue desplazada en superficie junto a los otros dos submarinos como parte de una maniobra destinada a simular plena operatividad de la flota, lo que podría coincidir parcialmente con la observación mencionada por Morton.

El testimonio incluye episodios singulares, como la falta de recursos económicos durante la misión —que la habría llevado a tejer gorros de lana para subsistir— y un episodio final en el que un supuesto disparo proveniente del mar habría puesto fin a su tarea, al considerar sus superiores que la situación se había vuelto demasiado riesgosa.

Si bien varios elementos del relato se corresponden con hechos históricos documentados, otros aspectos no pueden ser verificados de manera independiente y deben ser interpretados como parte de una narración personal realizada más de cuarenta años después de los acontecimientos, en un ámbito —el de la inteligencia— caracterizado por el secreto, la compartimentación de la información y la escasez de fuentes abiertas.

Ruth Morton continúa residiendo en Montevideo y afirma que nunca esperó reconocimiento alguno por su actuación. Su testimonio, sin embargo, reabre interrogantes sobre la dimensión regional de las operaciones de inteligencia durante la Guerra de Malvinas, el eventual rol de ciudadanos extranjeros o binacionales y el uso de ciudades del Cono Sur como escenarios indirectos del conflicto.

Asimismo, permanecen sin confirmación pública detalles sobre la misión específica de su hermana Minna Morton en la Argentina y su posterior relación con ámbitos oficiales del Reino Unido, aspectos que, hasta el momento, no cuentan con documentación desclasificada que permita corroborarlos.

A más de cuatro décadas del final de la guerra, el relato difundido por la BBC se suma a un conjunto de historias que muestran que el conflicto del Atlántico Sur no se desarrolló únicamente en el plano militar, sino también en el terreno silencioso y opaco de la inteligencia estratégica, cuyas derivaciones continúan emergiendo con el paso del tiempo.

Escucha el podcast completo en: https://www.bbc.com/audio/play/w3ct6wyh