Sedimentación del Plata causada por el río Bermejo

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Cada año el río Bermejo que nace en Bolivia y desagua en el río Paraguay nos vierte en el Río de la Plata a través del río Paraná y su delta, 100 millones de toneladas de sedimentos barrosos. Parte de los cuales penetran obviamente en el canal Martín García, en el canal Mitre, en el puerto de Buenos Aires, en La Plata, y en los canales argentinos. Sí señor, seamos claros. La alta cuenca del río Bermejo compartida entre Bolivia y Argentina presenta como particularidad una muy alta tasa de erosión, lo que da lugar a un aporte total medio anual de sedimentos al sistema Paraguay-Paraná-Delta y Río de la Plata algo más de 100 MILLONES DE TONELADAS ANUALES. Son los sedimentos del Bermejo los que marcan el crecimiento del Delta del Paraná y provocan la necesidad de dragados de los canales de navegación del Río de la Plata. También lo hace en un porcentaje más moderado a través del Paraná Bravo que se mezcla con las aguas del río Uruguay a la altura de Nueva Palmira y hacen lo suyo, agregando sedimentos que también nos llegan a nuestras costas con menor intensidad, pero llegan hasta Montevideo y también entran en el Martín García. Cuando hay sedimentación, pues la hay para todos. Se recordará que hace años sufrimos una fortísima y extensa riada a través del Paraná Bravo y Paraná Guazú y hasta del Paraná de las Palmas que llegó hasta el puerto de Montevideo con enormes superficies de camalotes poblados de culebras, víboras y otras alimañas que eran desprendimientos del Pantanal. Esto último puede ser circunstancial de cuando se producen grandes lluvias en el Brasil, pero es un hecho que el río Bermejo trabaja todo el año puntualmente en la tarea sin pausa de entregar una densa sedimentación por el Paraná además de teñirlo eternamente de color marrón. Y así será mientras no se hagan obras de represamiento, como se ha proyectado. El río Bermejo nace en el valle Tarija en Bolivia, atraviesa las provincias del Chaco y Salta y es totalmente navegable. Entre el Bermejo y el río Pilcomayo se encuentran las reservas gasíferas de Bolivia. Hoy día nos sentimos muy preocupados por el calado de nuestras vías de aguas, desvelo que tiene su fundamento en el hecho de que estamos afectados por la descarga de ríos sucios, que en último término también ensucia el río Uruguay, aunque en mucho menor grado que los otros. Esto tiene únicamente dos soluciones: obras de dragado que cuestan mucho dinero y que ya se están haciendo con Argentina, o para mitigar el daño global habría que represar el río Bermejo. Hace varios años, nuestro compatriota el ingeniero Conrado Serrentino, que años más tarde fuera viceministro de Transporte y Obras Públicas, había presentado para Bolivia un proyecto a las Naciones Unidas que fue a través de la OEA y que según los técnicos era muy viable, que consistía en diversas obras de ingeniería y represamiento del Bermejo para reducir a cifras más bajas sus volúmenes de barro volcados a la hidrovía. A decir verdad, una copia de ese proyecto que tiene más de mil páginas llegó a nuestras manos. Por el río Uruguay también viene sedimentación, pero no tiene comparación con el río Paraná; el nuestro es un río casi cristalino. Se pueden hacer viajes turísticos para sacar fotos, para la pesca, para el descanso, para levantar la vista y entregarse a la reflexión y a la meditación. Son los orígenes del río y la morfología del fondo del río Uruguay que sobre la costa alta uruguaya es roca, con agua transparente, y desde donde se puede divisar frente al puerto de Paysandú, el de Fray Bentos e incluso el de Nueva Palmira. Esta característica del río y su cuenca dio motivo a que se realizaran numerosos estudios relacionados a lo largo del tiempo. www.elpais.com.uy

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