Barcos más rápidos que el viento, ¿navegan o vuelan?

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Se prepara en Nueva Zelanda y para apenas se pueda, una nueva versión de la Copa América. El mundo de la vela está en suspenso ¿qué innovaciones nos traerá la ingeniería naval? Motivado por la pandemia, el mundo perdió la capacidad de disfrute; mas por esta parte, donde la grieta política, la falta de vacunas y de recursos económicos, sumado al uso político de la pandemia, hacen estragos. Mantener la salud mental es una obligación, con lo que verán en esta nota y aunque nada cambie, pasaran un buen momento

Del compilador

Los videos de esta copa América son espectaculares, los barcos o “veleros voladores” pueden navegar a velocidades próximas a los 100 kilómetros por hora, solamente propulsados por vientos de 35 km/h. Las distintas piernas (recorrido por un velero entre cada virada) duran bastante tiempo, por lo que les consejo si les gusta el tema, conéctelo al televisor con el cable Hdmi, búsquese un buen sofá, quizás un buen whisky y a disfrutarlo, si no haga un paneo como para asombrarse y a otra cosa. Antes, una introducción historica de una nota ya publicada hace  cinco años como para que puedan visualizar que pasó en estos 170 años  (22 de agosto de 1851).

Los orígenes de la copa América

En 1851, con motivo de la celebración en Londres de la Gran Exposición, se programó una regata para el día 22 de agosto, denominada Queen’s Cup, cuyo ganador recibiría un aguamanil de plata diseñado en 1848 por el joyero oficial de la Casa Real, Robert Garrard, valorado en cien guineas de oro, no era mucha plata. Adquirido en Londres por el marqués de Anglesey, que lo donó al Real Escuadrón de Yates y ese fue el club que organizó la regata y aportó el trofeo. Éste es el motivo por el que también se conoce a este trofeo como “Copa de las cien guineas”. El recorrido consistió en una vuelta alrededor de la Isla de Wight, al sur de Inglaterra.

Breve relato del 23 de agosto de 1851

“A las 17:00 bajamos (desde el castillo de Osborne) con las damas y caballeros al muelle, donde nos subimos a bordo de la lancha y luego embarcamos en la América, que la habían traído hasta allí para que pudiésemos verla. Es preciosa… “.Así describía la Reina Victoria la tarde del 23 de agosto de 1851 en su diario personal. La América  (portada) era de hecho preciosa, y tan rápida, que el día anterior había batido a una flota de 14 barcos del Royal Yacht Squadron, lo mejor con lo que contaban los británicos.

La Copa América 2021

Finalizó  hace unos días la edición número 36º de la Copa América de Vela. Se disputó en el Golfo de Hauraki, en Auckland Nueva Zelanda (36°40’43.74″S 175°12’56.13″E)  el 6 y el 17 de marzo, en yates de la clase AC75. Entre el equipo Luna Rossa Prada Pirelli (Italia) y Emiratos Emirates Team New Zealand de Nueva Zelanda.

El equipo New Zealand, favorito desde el inicio en todas las apuestas, ha cumplido los pronósticos y retiene la copa de las “Cien Guineas”. Los All Blacks de la vela se impusieron al velero “Luna Rossa” italiano por 46 segundos en la décima regata de la final de la 36ª Copa América y con un marcador global de 7-3, el Defensor revalida el título de campeón. Es la cuarta vez en la historia que un equipo neozelandés levanta el Aguamanil de plata, tras los títulos de 1995, 2000 y 2017, todos ellos representando al Royal New Zealand Yacht Squadro.

Un avión invertido

La clase AC75 supuso el adiós de los multi-cascos en la Copa América. Para esta 36º edición, los barcos de 20,7 metros de eslora, no tienen quilla, que es la columna vertebral de un monocasco. En su lugar, emplean dos enormes brazos con foils (Esquies) que se mueven gracias a un sistema hidráulico. Los foils son muy similares en estos barcos a los flaps del ala de un avión. De hecho, antes de que comenzase la Copa Prada, Joan Vila -considerado el mejor navegante del mundo y meteorólogo del Ineos, explicaba cómo eran los barcos comparándolos con un “avión invertido”. Según la posición de los flaps, éstos ayudan a despegar, a controlar el vuelo y a mantener la estabilidad del barco. Los dos timones, en forma de T invertida, cumplen la misma función que la cola de una aeronave.

Barcos que naveguen, no que vuelen

Riccardo Bonadeo, pionero de la aventura de Italia en la Copa América, ha respaldado la decisión estadounidense. Antiguo comodoro del Yacht Club Costa Esmeralda y presidente de las campañas del ‘Azzurra’ italiano considera que, “debe haber evolución tecnológica, pero en barcos que naveguen. Comparto la idea del Club Náutico de Nueva York de nuevos monocascos tradicionales de 80-100 pies (24,40 a 30,5 metros) para la próxima edición”, ha señalado. “Estoy de acuerdo en los avances tecnológicos, pero también quiero que los barcos que naveguen en lugar de ‘volar’. Con el AC75 hemos entrado en otra dimensión, donde la aerodinámica es más importante que la hidrodinámica“, ha continuado Bonadeo en declaraciones a la página web de la organización. También considera que, “de hecho, hablamos de ‘vuelo’, no de navegación. Y las habilidades náuticas de la tripulación ya no se mejoran y se requieren otras cosas diferentes a estas últimas. https://viajes.elpais.com.uy/

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