Agentes de ocho países se forman para luchar contra los piratas de la pesca

0
1138

Agentes de ocho países, entre ellos España, han participado esta semana en la academia de oficiales de la Guardia Civil en Aranjuez (Madrid) en un curso de Interpol para combatir a los piratas que faenan ilegalmente en los bancos de pesca, una actividad muy lucrativa que esquilma los caladeros. Han sido cinco días en los que policías y marinos de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay, junto con guardias civiles, han recibido clases sobre análisis criminal de los delitos pesqueros trasnacionales. Unos conocimientos que les servirán para enfrentarse a una modalidad delincuencial que genera, según la FAO, 20.000 millones de euros anuales a los armadores que actúan fuera de la ley, una cifra que la propia Interpol ha elevado en algunos ejercicios. Sin las debidas licencias y sin respetar vedas o los controles establecidos por las autoridades, los buques piratas se echan al mar en prácticamente todos los rincones del mundo, aunque las aguas más “infectadas” por ellos son las del Atlántico sur, el Índico y sur del Pacífico, como comenta a Efe el capitán jefe de la Unidad Central de Medio Ambiente (UCOMA) del Seprona, José Manuel Vivas. Precisamente, la Guardia Civil ha llevado a cabo alguna importante operación relacionada con estas prácticas ilegales, como la bautizada con el nombre de “Yuyus” contra la pesca ilegal de merluza negra en aguas internacionales de la Antártida, con 23 personas detenidas/investigadas, la intervención de 3 barcos y la incautación de 300 toneladas de ese pescado. En general, explica Vivas, presente en el curso, quienes se dedican a esta “parte oscura de la pesca” forman parte de grupos organizados, ya que la envergadura de esta actividad ilícita exige una compleja estructura que pasa, en primer lugar, por la adquisición y gestión de buques de cierto tamaño para poder operar en zonas alejadas de la costa. Y pasa también por la búsqueda de mercados o clientes con capacidad para absorber las ingentes cantidades de pescado que pueden llegar a capturar estos barcos, tanto de alto valor económico como más asequibles y fáciles de pescar. A nivel internacional, la pesca ilegal ha estado presente en las preocupaciones de Interpol, que ya en su conferencia sobre delincuencia pesquera celebrada en 2013 estableció una acción concreta para luchar contra ella: el proyecto Scale. Interpol es consciente de que la extracción ilegal de peces puede suponer un riesgo para la supervivencia de muchas especies. Y no sólo de pesca, sino de todas las que componen el ciclo biológico, por lo que afecta a todos los recursos naturales. Este es delito vertebral, pero junto a él, como puso de manifiesto el proyecto Scale, las policías deben perseguir los que están vinculados a él, como el fraude, la corrupción, el blanqueo de capitales, la evasión de impuestos y la falsificación de documentos, entre otros. Vivas añade a todo ello algo que las redes que controlan este mercado negro también hacen, que es actuar como “auténticos traficantes de seres humanos” explotando a sus propias tripulaciones, que en muchos casos “malviven” en buques con muchas carencias y trabajan de sol a sol en durísimas condiciones a cambio de comida. Generalmente, los barcos con los que operan lo hacen bajo bandera de países de los que no han recibido autorización alguna. Navegan hasta las zonas donde se encuentran los bancos de pesca y lo hacen durante meses sin tocar tierra, ya que incluso realizan los transbordos del botín en alta mar. Y si no tienen más remedio que entrar en un puerto, procuran elegir los que están menos vigilados, a la vez que camuflan la identidad real del barco, puesto que suelen estar incluidos en la lista de buques piratas que tiene Interpol. Con toda esta información y alguna más, los 25 agentes de los ocho países que han participado en el curso podrán contar con las mejores herramientas para luchar contra la pesca ilegal y se reduzca así el número de capturas de peces, muchas veces de tallas mínimas. Pescadores sin escrúpulos, como subrayan los investigadores, que ocasionan un gran daño porque “al operar sin control, arrasan los fondos marinos y destruyen el equilibrio ecológico”. EFE  http://www.lavanguardia.com

 

DEJA UNA RESPUESTA