El gigante logístico Maersk anunció su intención de invertir unos 5.300 millones de dólares en Brasil durante la próxima década, con el puerto de Santos como eje central. Sin embargo, la promesa está condicionada a que el gobierno brasileño garantice condiciones favorables en la licitación del megaterminal Tecon Santos 10, proyectado en el muelle de Saboó.
La delegación brasileña, que visitó recientemente Dinamarca, se reunió con ejecutivos del holding, quienes expresaron su inquietud por la falta de claridad en el modelo licitatorio y las posibles barreras para la participación. A través de su filial APM Terminals, Maersk ya opera en varias terminales clave del país y busca ahora transformar a Santos en un verdadero hub logístico regional.
«Queremos un terminal moderno, altamente tecnológico, que impulse la competitividad del puerto y de toda la economía brasileña», explicó Felipe Campos, director de Asuntos Gubernamentales de la firma.
Pero también hubo una advertencia: si se demora la aprobación de las inversiones, Santos corre el riesgo de quedar rezagado frente a otros puertos internacionales, advirtió Maersk. Concepción Boo Arias, ejecutiva del grupo, agregó que el objetivo es ubicar a Tecon Santos 10 entre los terminales más eficientes del mundo, lo que beneficiaría directamente a los exportadores brasileños.
La visita formó parte de una misión parlamentaria encabezada por el diputado Paulo Alexandre Barbosa y respaldada por el Instituto Brasileño de Infraestructura (IBI), al cual Maersk se incorporó oficialmente como miembro. Desde la compañía insisten en que el desarrollo de la infraestructura logística es clave para que Brasil asuma un rol protagónico en la región.
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