LAS RELACIONES CON LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY: EXPORTACIONES, PUERTOS, PUENTES Y DRAGADOS

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(Editorial de El Entre Rios Digital) Ignoramos hasta qué punto nuestro gobernador Bordet pretende tomar distancia de la familia Urribarri, si es que esta –ha sido o será alguna vez- su intención. De lo que sí se podría estar casi seguro, es que el aparente acercamiento suyo al gobierno nacional, no nos coloca en presencia de un “cambiemos” propio de lo que en política se conoce ahora como “panqueque”, sino de alguien que, independientemente de buscar mantener relaciones civilizadas con el gobierno central, viene a mostrarse como alguien dotado de buenas maneras. De allí también, que el impulso que ha dado a un proyecto de ley que más allá del hecho de tener el declarado propósito de promover la industrialización forestal, abre las puertas para la exportación de madera de eucaliptos sin procesar al Uruguay, no debe verse como una señal de un inexistente “alineamiento” sino de una prueba de sensatez.-Independientemente del hecho que esa decisión se inscriba dentro de un incipiente aunque claro avance en la normalización de nuestras relaciones con el vecino país, o sea con los “argentinos orientales” como allí les gusta autodenominarse a grupos minúsculos de historiadores revisionistas y sus seguidores; porque ellos también los tienen, e inclusive con mayor solvencia profesional que muchos de los nuestros.–Un avance a la normalización que significa dejar de lado una pelea incomprensible que se dio durante la administración anterior, todo ello a pesar que nuestro gobierno y el de nuestros vecinos exhibían otra forma de hermandad, que se añadía a la histórica, cual era el hecho que se suponía que comulgaban con una ideología común (es cierta, o es una ocurrencia nuestra, aquello de que “no hay peor enemigo que el del mismo palo”?)

Una reconciliación -porque a esos extremos habíamos llegado- del que la señal mas visible, aunque no por ello la más sustanciosa- es el anuncio de la construcción de un puente que desde el sur de nuestra provincia, aunque los porteños hablan de Zarate, llegaría hasta Carmelo y que no estaría concebido fundamentalmente en facilitar el tránsito de turistas capitalinos a las playas de Punta del Este, sino en el marco de un programa de expansión explosiva de nuestras exportaciones agro industriales, del cual la reactivación del puerto de Montevideo se constituiría en una pieza importante.- Algo explicable si se quiere hablar en serio de integración.

Como lo es el que se piense en un proyecto de canalización conjunta del rio Uruguay, en el que los mas fantasiosos imaginan la instalación de un corredor fluvial que iría más allá del complejo del Salto Grande. Aunque por nuestra parte somos más modestos y nos conformaríamos que permitiera la circulación de buques de gran calado hasta el puerto de Concepción del Uruguay –o de Paysandú-ya que no estamos muy seguros no ya de la viabilidad económica, sino de nuestros deseos de volver a ser lo que se llama un “puerto en serio”. Habrá seguramente quien dirá al respecto, que “y donde colocamos las carpas en los fines de semana larga”, de donde volver a contar con un playón de operaciones portuarias “ni pensar”?

Pero, lo que puede llegar a asemejarse de una manera casi literal a la explosión de una bomba, es no ya el anuncio de un monitoreo conjunto y transparente mediante un mecanismo honesto y científicamente serio de la calidad de las aguas de todo el río Uruguay en el sector que bañan nuestros respectivos territorios, sino que se conozcan los datos registrados en los informe referido concretamente tanto a esa situación en el sector lindero con la pastera de Fray Bentos, sino también con el del río Gualeguaychú desde su desembocadura en el Uruguay hacia arriba.

No se debe olvidar al respecto que los indicados han sido mantenidos celosamente guardados bajo siete llaves, y dando muestras de un celo inexplicable que iba más allá de la opacidad característica de un régimen que como el que nos gobernaba hizo de la mentira del relato, de la manipulación de la información y del ocultamiento de lo que podía aparecer como un trapo sucio su manera de gobernar.
No debemos olvidar que al respecto se tejían hipótesis de todo tipo, y que incluso existía un oficiosamente informal cruce de acusaciones, ya que se atribuían a los gobiernos de uno y otro país la causa de ese hermético silencio.–Ahora al parecer “será levantada la tapa de nuestra particular caja de Pandora” y según versiones circulantes ello vendría a mostrar que las variaciones en el aludido sector de nuestro río, con respecto al restante no serían significativas, y que en cambio las de la calidad del agua del río Gualeguaychú podría llegar a provocar sorpresas.

De confirmarse esas versiones, por nuestra parte que hemos mantenido una actitud de prudente expectativa frente a ese tema, podríamos hablar del remanido dicho que no hay mal que por bien no venga. Ya que, de ser así las cosas, no dejará de haber entre nosotros ambientalistas enojados, si se tienen en cuenta que quienes reaccionen de ese modo, se inscriben en la vieja postura –ahora revivida- de “cuanto peor, mejor”, ya que esa circunstancia equivalente a una abundante inyección de adrenalina. Mientras que por nuestra parte, veríamos en eso la posibilidad tan esperada que nuestros ambientalistas muevan sus miras hacia tantas agresiones que entre nosotros se producen respecto a nuestro medio ambiente, comenzado por los arroyos que nos abrazan y el sector del rio que se encuentras entre ambos.

Y como una cosa lleva a la otra, aunque sea de una manera no del todo coherente: así alguien se preguntará por qué hemos iniciado la nota con una referencia a Bordet- del rio pasamos ahora a referirnos a su “comisión administradora”.

Para comenzar por reclamar la justa eliminación del peaje para los habitantes de las zonas vecinas a los puentes, en primer lugar. Y yendo un poco más allá, para insistir en la conveniencia de que las ciudades vecinas sobre el río -como es el caso de la nuestra y Paysandú- se las declare libres de recíprocas barreras aduaneras- dentro del marco de un régimen a implementar en la materia. Para concluir cuestionando el hecho de que por lo menos no se haya consultado – es que ignoramos si se lo hizo- a las autoridades locales al momento de designar a los miembros de la CARU, ya que en su temática al menos algo tenemos que ver. – (El Entre Rios Digital)

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