Dramático pedido de auxilio en favor del río Salado y su rica fauna íctica

0
1520

La pesca clandestina está causando estragos en la rica fauna íctica del río Salado y su esteral circundante. El fin de semana último el pescador deportivo Patrick Kemper intentó ingresar en el Salado, pero al rato descubrió decenas de redes de malla fina cortando por completo el escurrimiento del agua. Ayer realizamos un recorrido en el lugar y encontramos las redes criminales.

Patrick Kemper, pescador deportivo, ingresó el fin de semana pasado en el río Salado como una exploración previa a una excursión familiar.

No pudo avanzar mucho con su deslizadora: la embocadura del Salado estaba cortada por decenas de redes.

Las mallas son instaladas por pescadores clandestinos y el entramado es tan pequeño que no permite el paso de peces por más pequeños que sean.

Esta experiencia comentó en las redes sociales y a lo largo del domingo su dramático pedido de auxilio en favor de la fauna íctica se viralizó.

En la mañana de ayer ingresamos al río Salado junto con Patrick Kemper, siguiendo el mismo circuito que había realizado el fin de semana último.

El impacto de sus palabras no pasó desapercibido para los depredadores: ayer buena parte de las redes fueron ocultadas pero quedaron algunas que permitieron comprobar la acción criminal que resulta del empleo de mallas tan reducidas.

Las redes no tienen más de cinco centímetros, espacio insuficiente para permitir el paso de aquellos peces más pequeños. Nada se salva de las redes en el Salado.

Falta de control

Patrick Kemper comentó que “quise que mi familia pueda llegar a conocer el esteral del río Salado. Es un sitio extraordinario, exuberante. Luego de años estaba volviendo a entrar en el lugar”.

Agregó que “al rato pude notar que la boca del río estaba complemente cerrada por la instalación de decenas de redes. Si algún pez pasaba uno de los mallones de casualidad, de seguro caía en el siguiente”.

Siguió diciendo que “comencé a tomar fotos y al rato pude notar que los pescadores comenzaron a acercarse hacia mi embarcación. Tuve miedo y decidí alejarme del sitio. En medio del Salado no hay a quién pedir auxilio”.

No dudó en señalar que esta situación es resultado de la falta de control: “No hay vigilancia, nadie controla el río Salado, y entonces cualquier depredador puede destruir todo lo que tiene a su paso. No tendrá castigo”.

Pedido de auxilio

Recordó que “al volver a casa, en la tarde del sábado pasado, decidí comentar lo sucedido. Alcé un escrito en las redes sociales pidiendo auxilio para que se pueda salvar al río Salado y su esteral”.

No ocultó su indignación y agregó que “no puede ser que un grupo de depredadores actúe con semejante libertad. Es criminal lo que está sucediendo. La malla de la red es tan pequeña que todos los peces quedan atrapados”.

Navegando en los alrededores de la boca del Salado encontramos una de las redes. Al izar la malla observamos que había peces pequeños, fuera de medida.

La Secretaría del Ambiente es responsable de preservar la fauna íctica en el Salado, mientras que la Prefectura Naval tiene que combatir la pesca furtiva.

Ambas instituciones están ausentes en el Salado. Esto explica la libertad de acción de los depredadores.

El año pasado la Secretaría del Ambiente introdujo alevines en el Salado y el lago Ypacaraí, incluso de pacú y surubí.

Al ver la malla de los pescadores furtivos se puede tener la seguridad de que ninguno de los alevines llegó a desarrollarse realmente dado el diámetro de las mallas.

El resultado final es la destrucción de la fauna íctica. Resulta irónico, pero los primeros perjudicados serán precisamente los mismos pescadores furtivos.

ABC Color

DEJA UNA RESPUESTA