Homenaje a los pescadores artesanales en el día internacional de la Gente de mar

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Por décimo año consecutivo se celebra el Día internacional de la gente de mar. Creado con el fin de reconocer la importancia de los protagonistas anónimos en el comercio y la conservación así como en el uso de estos ecosistemas. OCC y Oceanosanos le rinden homenaje al pescador artesanal, eslabón clave en esta cadena.

La pesca artesanal es una actividad de pesca comercial desarrollada en pequeña escala que opera de manera tradicional, ya sea con artes de pesca desde la costa sin embarcaciones, ejemplo recolección manual, redes de playa, o utilizando redes de enmalle y palangres, valiéndose de embarcaciones típicamente de pequeña. En particular, la pesca artesanal tiene una gran importancia en nuestro país, ya que involucra en forma directa o indirecta a unos 5000 trabajadores y el producto de su labor constituye una fuente importante de ingresos para sus familias.

Pesca artesanal femenina en Uruguay

Son marineras de barca y se hacen mar adentro. Otras se dedican a la pesca del cangrejo siri y las almejas. La pesca artesanal es el ingreso de cientos de familias y hasta ahora se transmitía solo entre hombres, de generación en generación. Pero cada vez más mujeres desafían este rubro clásicamente masculino y rompen viejos tabúes. La pesca industrial amenaza ahora su sustento. Tatiana es aprendiz de pescadora en la costa uruguaya. Hace dos años comenzó a trabajar con un capitán de barca. Hoy, ya se desempeña como marinera. Paola vive en un barrio residencial de Montevideo, sobre la costa del Río de la Plata. Trabaja en la pesca y también tiene un emprendimiento gastronómico. Y Andrea es pescadora en la Laguna de Rocha, donde nació y aprendió el oficio de las redes. También hay mujeres pescadoras del cangrejo siri y almejas amarillas en las lagunas del Litoral; algunas de ellas han iniciado emprendimientos como una planta purgadora. En Uruguay, las mujeres desafían un rubro clásicamente masculino, desmitificando las creencias patriarcales de que son débiles, no tienen fuerza o no saben pescar. Aún así, la participación de la mujer en la pesquería, como en otros sectores laborales, es minoritaria. El trabajo no remunerado que muchas mujeres hacen, como las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, habitualmente no se refleja en las cuentas fiscales y su verdadero valor todavía es subestimado. Según un estudio del año 2020 del Banco Mundial, en Uruguay la brecha de género en la participación laboral, antes de la pandemia, podría estar costando al país cerca del 13% del producto per cápita. La pesca artesanal en Uruguay es una actividad comercial que se desarrolla en pequeña escala y se transmite de generación en generación. En la mayoría de los casos constituye la fuente principal de ingresos de toda la familia. Diversas localidades del Uruguay son reconocidas por tener una importante comunidad de pescadores. Pero el avance de la pesca industrial y las actividades furtivas están diezmando las poblaciones de peces y son un grave problema para los pescadores y pescadoras artesanales. Según la ONU, la sostenibilidad está asociada a una mayor participación de la mujer, ya que tiene una visión más amplia, asegura la subsistencia de los recursos para su núcleo familiar y reparte los ingresos, además de generar resiliencia en las comunidades ante el cambio climático y los desastres, cuidar a los ancianos y a los infantes. Por eso, el empoderamiento económico de las mujeres es fundamental para lograr sociedades más igualitarias y sustentables. Las pescadoras artesanales de Uruguay son un ejemplo. (Fuente: Video de OCC/Oceanosanos_Santi Pereira ,  https://www.dw.com/ y  UVM)

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