Uruguay adquirió buque científico: lo bautizarán como OYARBIDE

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El monto de la operación fue de USD 3.500.000; Uruguay no poseía un barco de estas características desde 2015. La Armada uruguaya confirmó la firma del contrato para adquirir un buque oceanográfico que se bautizará como OYARBIDE, igual que su antecesor, inactivo desde 2015. La embarcación ingresará a un dique para verificar su estado en la ciudad de Seattle (Estados Unidos) antes de emprender viaje al Uruguay adonde arribará por el mes de octubre. El monto de la operación fue de USD 3.500.000 y fue adquirido a la empresa estadounidense Global Seas LLC. La compra se financió únicamente con el crédito presupuestal asignado a la Armada uruguaya, sin requerir recursos adicionales, se informó a Portal Marítimo. Un dato relevante es que el costo del equipamiento científico instalado en el buque es del entorno de USD 1.400.000. En cuanto a la vida útil de la embarcación, la Armada estimó que será de unos 15 años. El buque permitirá al Uruguay recuperar la capacidad hidrográfica y de investigación marítima del país. Tiene 70 metros de eslora y 13 metros de manga. Cuenta con un alcance de 10.000 millas y autonomía de 45 días a velocidad crucero. Está equipada con laboratorios (húmedo y seco) e instrumental de medición. El equipo permitirá la investigación científica y actividades de control y monitoreo a diversas instituciones del Uruguay.

El RV Mt. Mitchell

El buque adquirido es el RV Mt. Mitchell, de Investigación Científica (hidrográfica, oceanográfica y cartografía marina). Sirvió en el Servicio de Costas y Geodesia USC&GS entre 1967 y 1970. Luego pasó a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) por sus siglas en inglés. Construido en el año 1966 y retirado del servicio activo en el año 1995. En 2001 lo adquirió la empresa Global Seas LLC. Al buque se lo sometió a una profunda renovación en electrónica, maquinaria, seguridad, equipamiento de relevamiento hidrográfico y habitabilidad. En el año 2003 el buque arriba al puerto de Seattle y comienza a realizar trabajos hidrográficos y oceanográficos en el ámbito privado en el Océano Pacífico y Alaska. Con el correr de los años al buque se lo equipó con distintos sistemas entre los que se destacan los ecosondas multihaz EM 120 y EM 710 de la marca Konsberg, que permiten realizar mapeos submarinos con alta precisión, cobertura y resolución hasta 11.000 mts de profundidad. La Institución toma conocimiento de la existencia y disponibilidad para la venta del buque Mt. Mitchell en el curso de un intenso proceso de búsqueda de buques de servicio como posible sustituto de los buques ROU 22 “Oyarvide” y ROU 26 “Vanguardia”.

OYARBIDE

El precario estado de la propulsión y generación del Buque Científico ROU 22 “Oyarvide”, el cual fuera botado en Alemania el 25 de noviembre de 1965, determinó que el mismo estuviera no operativo desde noviembre de 2015, siendo esta la única plataforma Hidro-Oceanográfica con que contaba la Armada Nacional. El mismo desarrolló y comprobó “capacidades” en base a su instrumental científico, que no poseían otros Buques de la Flota, lo que le permitieron llevar adelante y contribuir con el corredor de aguas seguras, relevamientos Hidrográficos y Oceanográficos en el Río de la Plata, en la Zona Económica Exclusiva, en la Plataforma Continental Extendida y en la Antártida, extendiendo la soberanía sobre el lecho y el subsuelo hasta las 350MN. Es por ello y al gran trabajo de su gente en todos estos años que se decide bautizar al Mount Mitchell como “OYARVIDE”, siendo éste el tercero de su clase en la Armada Nacional, el primero Vapor-Balizador-Escuela de Grumetes Ex “Primus” y el segundo el Ex ROU 22 “Oyarvide”.  Fuente:  https://www.portalmaritimo.com.uy/

1 COMENTARIO

  1. Un barco envejecido para una tarea vital
    El OYARBIDE, con sus casi seis décadas de existencia, pertenece a una generación tecnológica significativamente diferente a la actual. Los avances en ingeniería naval y equipamiento científico desde la década de 1960 han sido revolucionarios, con mejoras sustanciales en eficiencia, precisión y sostenibilidad. Un barco de esta antigüedad probablemente enfrenta limitaciones en términos de capacidad operativa y flexibilidad para adaptarse a investigaciones complejas. Esto resulta especialmente preocupante dado que Uruguay no contaba con un barco de investigación desde 2015, una carencia que afecta la gestión sostenible de los recursos marinos, como los stocks pesqueros.

    El propósito y las capacidades del barco
    Según lo informado, el OYARBIDE está diseñado principalmente para batimetría, es decir, el estudio de las profundidades marinas y la cartografía submarina. Si bien esta capacidad es útil, las necesidades de investigación marina van mucho más allá. Un área crítica para Uruguay es la evaluación de los stocks pesqueros, esencial para garantizar la sostenibilidad de la pesca y la conservación de los ecosistemas marinos. Para ello, se requieren buques equipados con tecnología avanzada, como redes específicas, sensores acústicos modernos y laboratorios a bordo, capaces de realizar análisis detallados in situ. Hasta el momento, no se ha clarificado si el OYARBIDE está equipado para estas tareas, lo que genera incertidumbre sobre su capacidad para cumplir con las prioridades nacionales en investigación marina.

    La importancia de la consulta interdisciplinaria
    Uno de los aspectos más cuestionables de esta adquisición es la falta de consulta con la comunidad científica. Los académicos y expertos en ciencias marinas poseen el conocimiento necesario para definir las características que debe tener un barco de investigación moderno. Por ejemplo, podrían haber recomendado especificaciones técnicas alineadas con los desafíos de la exploración oceánica y las demandas del monitoreo pesquero. Este tipo de diálogo entre las autoridades y los sectores especializados habría garantizado una inversión más estratégica y alineada con las prioridades del país.

    El caso del OYARBIDE no solo evidencia una brecha de comunicación, sino también una falta de visión integradora. En un mundo donde los problemas ambientales y climáticos requieren soluciones interdisciplinares, la ausencia de cooperación entre instituciones públicas y académicas limita el progreso y desperdicia recursos valiosos.

    Reflexión: Una oportunidad perdida, pero no definitiva
    La adquisición del OYARBIDE debería haber sido una oportunidad para fortalecer la infraestructura científica del país. Si bien la compra de un barco viejo puede justificarse por restricciones presupuestarias, la falta de planificación estratégica es inexcusable. Uruguay enfrenta desafíos apremiantes en la gestión de sus recursos marinos, desde la sostenibilidad de las pesquerías hasta la preservación de la biodiversidad. Estos desafíos exigen soluciones integradas, donde las decisiones políticas estén fundamentadas en el conocimiento científico.

    Para enmendar este camino, es esencial que se establezcan canales formales de diálogo entre el gobierno, la academia y otros sectores interesados. Este enfoque no solo aumentará la efectividad de las inversiones públicas, sino que también fortalecerá la capacidad del país para enfrentar los retos del futuro.

    En resumen, el caso del OYARBIDE es un recordatorio de que la ciencia y la política deben trabajar juntas para garantizar un desarrollo sostenible. La esperanza radica en aprender de esta experiencia y adoptar un enfoque más colaborativo en el futuro.

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