Un equipo de investigación, en el que participan expertos en robótica de la Beihang University de China, el Imperial College de Londres y el instituto de investigación suizo Empa, ha desarrollado un nuevo robot capaz de pasar de dron submarino a vehículo aéreo en menos de un segundo. El robot cuenta con unos discos adhesivos inspirado en el pez rémora, que le permite hacer autostop en objetos móviles húmedos o secos para reducir considerablemente su consumo de energía y adherirse a cualquier superficie. El dron está diseñado para la vigilancia biológica y medioambiental en ecosistemas marinos, como la vigilancia de la contaminación oceánica en alta mar.
La transición ultrarrápida de un dron submarino a un vehículo aéreo se basa en un nuevo diseño de hélice, que hace que esta transición entre los distintos medios sea más rápida que la de la mayoría de los robots aéreos-acuáticos anteriores. Según los investigadores, su exclusivo diseño de hélice permite al dron pasar de vehículo submarino a aéreo en 0,35 segundos, más rápido que cualquier otro robot acuático-aéreo. Para ello, la hélice de transformación pasiva se despliega en el aire y se pliega bajo el agua.
El dron es autónomo
Los drones no tripulados pueden ayudar a las expediciones de investigación y a los estudios de la fauna en entornos extensos o remotos, como el mar abierto, pero siguen existiendo algunas limitaciones. Por ejemplo, los drones autónomos no son la mejor opción para las misiones más largas porque no tienen fuentes de energía externas a las que recurrir si les falla la batería. Para solventar esta limitación, los científicos imprimieron en 3D un robot aéreo-acuático autónomo que reduce su consumo de energía mediante el autostop. El robot cuenta con una ventosa inspirada en los peces rémora, famosos por tener una serie de discos adhesivos que les permiten sujetarse a otras criaturas marinas, como ballenas y tiburones, para desplazarse. La ventosa del robot teledirigido puede adherirse a superficies húmedas y secas con diferentes texturas, incluso a objetos en movimiento. En las pruebas, el robot se subió a una embarcación para obtener imágenes del fondo marino de cangrejos ermitaños, vieiras y algas con la cámara incorporada. Bajo el agua, puede engancharse a un submarino o a cualquier otro vehículo flotante, con lo que consume hasta 19 veces menos energía de la que hubiera necesitado para la misma operación mediante autopropulsión. Mediante pruebas en exteriores, el equipo confirmó la capacidad del robot para hacer autostop, grabar vídeo durante las transiciones aire-agua y operar tanto en entornos de agua dulce como salada. (Noticia tomada de: Inceptive Mind) .https://www.worldenergytrade.com/