La denominada Milla 201, una franja de alta mar situada fuera de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Argentina, se ha convertido en un punto crítico para la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR). Esta zona, rica en recursos marinos como el calamar de aleta corta, es objeto de explotación por parte de flotas pesqueras extranjeras, principalmente de China, Corea del Sur y Taiwán.
Impacto ambiental y explotación de recursos
La sobreexplotación de estas especies ha generado preocupación entre científicos y autoridades argentinas. La falta de regulación en la Milla 201 permite prácticas como la captura de especies protegidas, la matanza indiscriminada de tiburones y la pesca sin control de lobos marinos y pingüinos. Estas actividades no solo amenazan la biodiversidad marina, sino que también ponen en riesgo la sostenibilidad de la pesquería de calamar argentino, vital para el ecosistema del Atlántico Sur.
Violaciones a los derechos humanos: esclavitud moderna en el mar
Además de los daños ambientales, la pesca en la Milla 201 está asociada a graves violaciones de derechos humanos. Investigaciones de la Environmental Justice Foundation han documentado casos de trabajo forzoso, violencia física, jornadas laborales extensas sin descanso, muertes no investigadas y pésimas condiciones sanitarias a bordo de buques pesqueros. Los tripulantes, en su mayoría de origen indonesio y filipino, son sometidos a condiciones que la organización califica de «esclavitud moderna».
Acciones internacionales para frenar la pesca ilegal
Ante esta situación, Argentina ha ratificado el Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que prohíbe los subsidios a la pesca ilegal y a las prácticas de sobrepesca. Este acuerdo busca reducir la presencia de flotas extranjeras subsidiadas en la Milla 201 y promover una pesca más sostenible. Además, se han implementado medidas de control y monitoreo para detectar y sancionar actividades ilegales en la zona.
Compromiso regional y futuro de la pesca en el Atlántico Sur
La lucha contra la pesca ilegal en la Milla 201 requiere de una acción coordinada entre los países de la región. Argentina y Brasil han fortalecido su estrategia oceánica conjunta mediante reuniones bilaterales, con el objetivo de compartir información, coordinar patrullajes y establecer políticas comunes para proteger los recursos marinos del Atlántico Sur.
La comunidad internacional también desempeña un papel crucial en este desafío. España, como segundo mayor importador mundial de calamar, tiene la responsabilidad de garantizar que los productos pesqueros que ingresan a su mercado provengan de fuentes legales y sostenibles. La transparencia en la cadena de suministro y el cumplimiento de normativas ambientales y laborales son esenciales para frenar la explotación ilegal en la Milla 201.
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