Tras unos días en Palma de Mallorca, el buque escuela Capitán Miranda de la Armada de Uruguay levanta anclas este viernes rumbo a A Coruña. La emblemática embarcación, que llegó el martes, forma parte de un viaje de instrucción que recorre varios puertos del mundo, llevando no solo formación naval, sino también cultura y hospitalidad uruguaya. Antes de zarpar, la tripulación organizó un cóctel de despedida a bordo, al que asistieron varias autoridades uruguayas residentes en España. Entre los invitados estuvieron la embajadora de Uruguay en España, Ana Teresa Ayala, y el cónsul general en Barcelona, Santiago Vitale, quienes fueron recibidos por el comandante del buque, Andrés Debali. El evento estuvo amenizado por el restaurante uruguayo El Alpendre, que sirvió delicias típicas mientras los invitados recorrían la cubierta y compartían momentos con los jóvenes guardiamarinas.

El Capitán Miranda es mucho más que un barco: es un embajador flotante. Lleva a bordo a 82 tripulantes, en su mayoría cadetes en formación, y es símbolo de los lazos que unen a Uruguay con el mundo. Pero también con España: este velero de tres palos fue construido en Cádiz en 1930, y desde entonces forma parte de una historia común que se sigue escribiendo a través de los océanos. Este viaje es ya el 35.º crucero de instrucción desde que el buque fue transformado en escuela naval en 1978. Partió el pasado 14 de abril desde Montevideo, y ya ha hecho escala en Brasil, Gran Canaria, y Cádiz antes de llegar a Palma. Durante su paso por la isla, la tripulación tuvo la oportunidad de disfrutar de su belleza, hospitalidad y cultura. Ahora, el Capitán Miranda continúa su travesía hacia A Coruña, en un itinerario que combina aprendizaje, historia y diplomacia. Para sus jóvenes tripulantes, Mallorca quedará en el recuerdo como una escala especial, cargada de emociones y vínculos que van más allá del mar.

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